jueves, 25 de febrero de 2010

Y es aquí mi triste pasado . . .

Y entonces, aquellas palabras hicieron que sus miradas emitieran otras, las cuales parecían sacadas de un poema sin fin.
Alex sige, sige contandole su pasado, algo que nunca había echo y nunca hubiera imaginado que le entusiasmase tanto a Violeta, que es lo que hacía continuamente mientras que aquellas palabras salían de sus hermosos y deseados labios por Vio.
Y es aquí mi triste pasado:
Como te acabo de decir, mis padres no se preocupaban por mí, para nada, todo lo contrario. Y yo, yo estaba solo, aguantando, sin nadie al lado del quien poder tirar hacía delante, con el que me ayudara para ir recto y no doblar mi camino más de lo que estaba torzido ya... Llegé a un momento, en el que la gente me miraba raro, que no querían saber nada de mi. Algo que me molestó, porque ya tenía bastante con lo mio, para que la gente también se pusiera delicada.
Asique, con la ayuda de un joven, un chico que la primera frase con la que se dirigió a mí fue: ¿Sabes a qué hora sale el tren?
Era un chico muy educado y parecía muy agradable la verdad... Su primera impresión fue muy buena.
Entonces, de allí surgió una bonita amistad, que duro mucho tiempo y parecía que nunca iba a llegar a acabarse, pero lo hizo,sí lo hizo… Al cabo de cuatro años, esa amistad se rompió… Bueno, la palabra adecuada no sería romperse, sino que... se separó y por motivos que no me gustaría recordar nunca más, aunque ahora temo que deba hacerlo… Pues continuo.., esa amistad se rompió porque yo tenía muy mala influencia en los demás. Su familia era muy delicada, solo quería que se juntase con gente de provecho y nada de gente de escuelas públicas.
Pero, ahora viene lo mejor…
-Haber… ¡dime, dime! ¡Me tienes intrigada Alex, vamos!
-Pues…
-Pues . . ¡Venga!
-Que aquel chico, era del que te hablé antes,ese tipo llamado Lucas. No había cambiado en nada y eso me ayudó a reconocerlo…
-Pero… ¿¿¿¿Es eso verdad …????- dijo Violeta asombrada-
-Sí, pero lo más extraño fue que iba vestido de calle…Cuando él siempre había vestido muy formal.
-¡Qué fuerte! Aun no me lo puedo creer…
-No te preocupes, a mi me costó un tiempo en poder asimilarlo también, jejeje. Además, todo ocurrió porque una vez me contó que se hartó de su familia, que no quería saber nada más de ellos. Me contaba que su padre le pegaba cuando no había nadie en casa y que siempre tenía que hacer todo exactamente como ellos decían y no podía cometer ningún que otro error. Pasó un tiempo, cuando tuvo la edad adecuada y pudo irse de casa lo hizo, y demostró a la policia, que de chico lo había maltratado y utilizado para todo tipos de cosas. Entonces, cuando llegó la hora del juicio, él defendió a su madre y su padre quedó entre rejas.

lunes, 22 de febrero de 2010

¿Alguna vez te dije que eras especial?


Se tiran en la cama y juegan un poco, se besan continuamente, con una ofuscación verdadera por parte de los dos.
Se relajan un poco, juntos, pegados como si fueran siameses.
Alex empieza ha hablar, a contarle todo aquello que se perdió de su pasado, desde el principio, a contarle el porqué de todo.
-Desde pequeño, siempre he estado solo... Aunque estaba con mis padres, nunca estaban conmigo. Sólo querían un niño bueno, educado y responsable sin darme nada a cambio, ni siquiera una relación medianamente buena con ellos o incluso disfrutar de lo que tenía, pero no, ni siquiera eso. Dicen que siempre querían lo mejor para mí. Pero eso no era cierto, solo quería que estudiara y estudiara, para que en cuanto pudieran echarme de casa e irse cada uno por su lado, o al menos yo pensaba así. Mi madre trabajaba en una casa, donde limpiaba, cuidaba de los niños y recuerdo que me llevó una vez, la cual yo estaba enfermo, por eso lo hizo. Ahora que recuerdo; una casa inmensa, con muchos niños, creo que no vivía tan solo una familia normal, sino que eran especiales...
Eran muchísimos y todos tenían los ojos claros y el pelo rubio o castaño con algunas mechas, pero siempre tenían algo que los caracterizaban a todos. Pero en cambio, había uno, sí, un chico, creo que aun llego a recordarlo, aunque yo era muy pequeño, al igual que él. Él, yo lo veía un niño especialmente especial. Veía como le pegaba su padre o al menos lo intentaba, pero no llegaba a hacerlo del todo porque podían verle, como lo hice yo. Entonces, creo recordar que era muy,muy callado, un chico muy silencioso, nunca se quejaba por nada, por mucho que sufriera o le doliese cualquier cosa. Y sin embargo, él, ese chico creo que recuerdo su nombre, sí era Lucas, así se llamaba, Lucas. Sin embargo, era moreno, con los ojos muy oscuros y el pelo rizado. De estatura no muy alta y sí, yo lo sé, ese chico tendría que tener algo en especial. No lo trataban como a los demás, lo sé porque a parte de lo que ví ese día, me habían contado rumores, que se extendían por el pueblo, aunque eran rumores al final acababan siendo verdad; porque siempre alguien acababa descubriendolo. Y así miles de rumores, que como son los rumores tú podías creertelos o no. Aunque luego apostabamos y el que ganaba se llevaba la mejor chapa del otro y yo siempre perdía, tenía y sigo teniendo muy mala suerte en todo...
-¿En todo? ¿De verdad que crees eso...?
-Si Vio sí...Si yo te contara mi pasado... es tan oscuro...
-¿Y no crees que es la hora? Creo que despues de tantos años conociendonos y tres saliendo juntos, creo que es el momento y el lugar adecuado... Me voy mañana, ahora tienes la gran oportunidad de desahogarte sinceramente y relajar ese cuerpecito y corazoncito que tanto te llama por tirarse de cabeza al mar y desaparecer del mundo...Despiérta ese ángel que llevas dentro.
-Vio... ¿Alguna vez te dije que eres especial?

domingo, 21 de febrero de 2010

Te quiero ángel.

Cenan y los dos les da la en enhorabuena a Vio.
Lucía está entusiasmada con la película, pero llega un momento en el que no puede más y cae rendida cerrando los ojos, sobre el pecho de Alex.
-Mira Vio, está dormida...
-Sí, después de todo lo que ha ocurrido hoy me extraña que aguantara hasta el final.
-Mira que ángel mas lindo.- dice Alex-
-Tú si que eres un ángel, y de esos buenos, bonitos que no perdería por nada del mundo.
-Ohhh, que bien te ha quedado, jejeje.
-¡Tonto! Alex...
-Dime.
-Te quiero.
-¿Sí? ¿Estás segura?
-Demasiado...
-Vio, te echaré de menos... No sé que haré sin ti, de verdad . . .
-Harás lo mismo que si estuviera. Te levantarás con ganas de estudiar, iras a la universidad, visitaras a mi hermana, te irás a casa, comerás, hablaremos, te diré mil veces: Te quiero. y te acostaras. Y los fines saldrás con tus amigos. Lo mismo que si estuviera yo, aunque... sin ligar.
-No creo que pueda hacerlo.
-Alex, ayúdame por favor... ya creo que tengo bastante con lo que tengo como para que también te pongas melancólico.
-Lo siento... es que ultimamente solo pienso en mi madre, en como estará allí, tan lejos...
-Llámala de una vez, o ven, acostemos a Lucía y vamos a la cama a hablar hasta que nos durmamos, así te desahogaras y pasaremos nuestra ''última'' noche juntos durante un tiempo.
-No creo que deba hacerlo, como has dicho ahora no es el momento...-Dice tristemente Alejandro.-
-Sí, si que lo es. Venga, vamos.

No recogen nada y dejan todo por medio, llevan con cuidado a Lucía a la cama, la tapan y le dan un suave beso en la frente.
Ellos se dirigen a la cama, aparte de que están cansados, necesitan hablar.

"Seis días en London"

-Corre Lucía, a la de tres. Una, dos y... ¡tres!
Las dos salen corriendo, Alex está de espalda.
-¡Vio, pónsela rápido hermana!
-¿Pero que hacéis petardas? Me estáis haciendo cosquillas. Jaja, Ay!!
-Es lo que pretendemos, jajaja.
-Esperad que os coja- dice Alejandro.

Alex se escapa y se aleja rápidamente de las chicas.
-Venid aquí muchachas, vais a saber lo que es bueno.
Salen corriendo, pero Alex las engaña y llega a atraparlas. Sigen hasta que no pueden mas, risas y más risas...
-Bueno, Alex te estás pasando, ¡déjame ya! Jajaja.
-Corred, Vio,Alex, empieza la película.

Dejan de jugar y mientras que Lucía va al baño, ellos aprovechan para hablar.
-Alex... gracias mi vida.
-De nada señorita Álvarez- le dice aun jugando.
-Hay que ir comprar la cena, creo que no hay nada y quiero darle una sorpresa a Lucía.
Le encantaba la pasta como la hacía mamá, era su especialidad y desde que murió no la a probado más, sencíllamente porque no a sido capaz. Voy a bajar,¿vale?, Quédate aquí con ella por favor, en seguida vuelvo cariño.
-Vale, ¡ten cuidado y no tardes preciosa!

Lucía escucha la puerta y sale corriendo del baño.
-¿Qué pasa?, ¿Y Vio?
-Ha ido a comprar la cena, ahora vuelve.
-Uf, ya me habías asustado tonto! prensé que os habíais peleado o algo por el estilo...
-¿Pero qué dices Luci? Ven anda... vamos a traer lo que haga falta para esta noche.
Se dirigen a la cocina y cogen: vasos, platos, patatas, refrescos y algún que otro postre.
-¡Ya estoy aquí chicos! Traigo palomitas, gominolas y algo para cenar.
-¿Puedes venir un momento Alex?
-Sí, voy, un segundo.

Lucía está ya en el sofá, viendo los anuncios porque aun no ha empezado.
-Dime cielo.
-Quedate con ella en el sofá y distraela mientras yo preparo esto, ¿de acuerdo?
-Ok! no te preocupes, dejalo en mis manos.
Vio, cierra las puertas y prepara la cena lo más rápido que puede. Mientras que los otros dos esperan a que empieze la película: ''Seis días en London''.
-Alex, ¿donde está mi hermana? tarda mucho.
-Ahora viene, no te preocupes.- Y le acaricia la cabeza suavemente.

-Y...voilà, hacedme un hueco en la mesa.
-Vio, yo no tengo ganas de...
-Tú si tienes ganas de cenar, venga vamos allá, a comer.
-Esto me lo hacía mamá...
-Sí, lo sé, por eso lo he hecho.

Lucía, la mira con cara extraña, pero no puede resistirse a probarlo. Se relajan y empiezan a comer, justo a tiempo para la película.

sábado, 20 de febrero de 2010

Eres como mamá.

-Lucía, tranquila cielo. Pienso y espero no equivocarme... Lloras y todo lo que está ocurriendo es porque me voy mañana, ¿verdad?
- Vio, yo...
-Sí, lo sé hermana, sé que me echarás de menos, sé que no quieres que me aleje de ti, que me vaya. Pero pretendo irme a estudiar y volver lo más pronto posible, para cuando vuelva, buscar trabajo, estar más tiempo con Papá y disfrutar más nuestra vida.
Tú estas empezando a vivir, aún no sabes lo que es todo este mundo. Piensa en un bebé que está aprendiendo ha moverse, eso es lo que sabes tu de la vida... Lucía, tienes que ser fuerte, sé que lo estás pasando realmente mal y que siempre has estado destrozada por lo de mamá, pero yo también ¿Sabes...? Y mírame, aquí estoy, luchando porque tus estudios, tu vida relacionada con el mundo no fracase... y al mismo tiempo lo intento un poco con la mía. Sé muy bien cómo eres y sé que puedes, podrás y podrías si lo intentases... eres como mamá, ella era muy fuerte.
-Tú, también te pareces a mamá...
-No... yo a papá. Él es un hombre pesimista, aunque con ello va su fuerza de voluntad, también subestima mucho las cosas, pero él es un hombre valiente, todo lo que se le pone por delante allá va... Los dos eran maravillosos.
- Sí, llevas razón Vio.
-¿Y cuando no la llevo yo, enana?
Le hago sacar una sonrisa de burla,me gusta, me gusta verla sonreír después de haber estado llorando.

Alex, se quedó en el salón viendo varias fotos de nosotras, cuando eramos pequeñas, en la mayoría de ellas, está mi madre.
Se escucha al fondo una carcajada.

-Ven Lucía, acércate... Vamos ha hacer una cosa, tú coges por allí, por esa puerta. Mientras que yo salgo por esta, con cuidado sin que nos vea lo atrapamos por la espalda, le ponemos una venda en los ojos, lo tiramos al sofá y empezamos a hacerle cosquillas, ¿te parece?
-Jajaja, sí, seguro que será muy divertido.

domingo, 14 de febrero de 2010

Nunca más te voy a soltar.

Nos pusimos las últimas prendas que nos faltaban, cogí las llaves del coche de refilón y cerré la puerta de un portazo.
Bajamos las escaleras rápidamente, estuve a punto de caerme, pero por suerte estuvo Alex allí para salvarme.
Le paso las llaves al vuelo y nos dirigimos a mi casa, estoy preocupada por Lucía, nunca la he escuchado llorar como lo hacía en ese momento, no lo sé, pero espero que Patricia o simplemente ella, haya podido calmarse.
Quizá eche de menos algo, o mamá, pero no... Ya le hice superar eso a Lucía, con la ayuda de Alex y Patry..., y sobretodo, esa ayuda que siempre me dio mamá.
Quedan 10 minutos y estoy nerviosa, no sé que le podría haber pasado, mientras, hablo con Alex para que estos minutos se me pasen rápidos.
Estamos cerca, solo falta... ¡girar la esquina!
Bien, ya estamos, puedo apreciar desde la ventana contraria a mi casa, que la de su habitación está abierta.
Aparcamos el coche en el garaje y subimos corriendo, casi me tropiezo de nuevo.
Violeta abre la puerta, escuchan la llave y Patricia va rápidamente hacía ella y empieza a hablar sin parar, ella no le hecha mucho caso, su pensamiento esta complétamente ocupado pensando y buscando a Lucía.
Mirala, allí está, tumbada en la cama, con el peluche que le regalé ese ocho de febrero por su cumpleaños. Y allí, a su lado, llena de lágrimas está la apreciada foto que tanto le costó conseguir. Mi foto.
Me acerco hacía ella lo más rápido que puedo, me siento a su lado, la cojo y le dio un enorme abrazo.
Ahora, aún llora más... sus lágrimas se deslizan sobre mi pelo, sobre mi espalda, sobre su cara de porcelana. Le cojo las manos, y le digo al oído: Nunca más te voy a soltar pequeña Lucía.
Para de temblar, parece ser que se relaja medianamente, pero no del todo.
Pienso mucho lo que le digo, lo que le escribo, lo que todo. Mi hermana, es una niña que lo que lee o escucha es lo que le dijiste, o sencillamente intenta encontarle mil sentidos a las cosas, y escoge el que más le gusta, como harían todos, o casi todos.
Ahora la separo de mí, pero ella no quiere. (Yo hacía exactamente lo mismo con mi madre...) Lucía, tiene ocho años y mi madre murió cuando mi hermana tenía tres añitos, apenas pudieron disfrutar una de la otra.
Siempre he sido yo la que ha tenido que cuidar de ella, pero de algo que me alegro. Quizá por eso, ahora que yo me voy fuera, ella, mi hermana, Lucía, esté sola.
Quizá por ello este espectáculo, este sentimiento tan enorme que tenía guardado y nunca me ha querido demostrar. Ahora sí, ya lo comprendo todo, espero no haberme equivocado.

viernes, 12 de febrero de 2010

Perdón Alex, perdón.

Entonces fue cuando decidí cogerlo ya que, no paraba de sonar, y llegó un momento en el que empezaba a asustarme, algo que no hago con facilidad.
Alex, la agarraba por la espalda, sin soltarla ni un segundo.
Casi me caigo, por culpa de un pequeño mueble interpuesto entre nosotros. Al fin, llegué a él.
-¿Si?
-¡Vio! (así es como me llaman mis amigos) tu hermana no para de llorar, tía, no se que le pasa, no me lo quiere contar y tampoco quería que te llamara pero no tenía más remedio que hacerlo...
-De acuerdo, dile o al menos intenta que se ponga al teléfono...

Escucho algunos gritos, son de Lucía... Tiene que ser algo grave, Lucia, es demasiado callada y vergonzosa, nunca actuaría así al menos que fuera algo como esto, seguramente, algo que le duele, que se encuentra mal, sospecho de mi marcha.

-Vio, tu hermana está muy agresiva, me ha tirado una revista que tenía a su lado.
-Intenta calmarla que ahora voy hacia allí, estoy a... la verdad, no lo sé, le voy a preguntar a Alex.
-Cariño, mi hermana no para de llorar, le ha tirado una revista a Patry y tengo que irme, lo siento... Siento que no podemos estar juntos lo que nos queda de tiempo, perdóname.
-Bueno, si no queda más remedio...
-Perdon Alex, pero Luci...
Me coge, me acaricia y me tranquiliza.
-Bueno, ¿y qué piensas hacer?
-Ir para allá, tengo que saber que le ocurre.

Se escucha una voz mas allá, de fondo. -¿¿Vio?? ¿¿estas ahí??
Ohh es Patri, me había olvidado que estaba al teléfono...
-Alex, ¿A cuanto tiempo estamos de allí?
-Pues..., a 20 o 30 minutos si vamos rápido.
Le guiña el ojo y rápidamente le contesta a Patricia:
-Sí, sí Patry estoy aquí. ¡Estamos media hora, voy hacía allá, un beso!
-¡No tardes!
Le colguó al instante.

domingo, 7 de febrero de 2010

Mi último día con él.


¡Por fin llegó! Toda la noche ansiosa porque llegara este momento. Perdida en mis pensamientos, donde pensaba que todo me saldrá muy bien o simplemente bien. Tengo una costumbre que llevo haciendo desde que mi madre murió en ese ''accidente'' y es recordar lo que hubiera pasado cada día si hubiera estado ella presente...
Pero aunque me crea fuerte, engañe a mi hermana por hacerla pensar que tan solo fue un estúpido accidente de coche y cargue yo con todas las responsabilidades, soy más o menos feliz, o al menos lo intento. Para que Lucía, la persona que más quiero en esta vida, disfrute de la suya, algo que no me ha dado tiempo hacer a mí...
Llevo a Lucía al colegio como de costumbre, y me dirijo a ir a la universidad. Hoy me gradúo y estoy sola; mis amigos y sus padres ríen y les dan la enhorabuena.Y yo, yo estoy sola.
Mi padre trabaja todo el día para mantenernos, y yo me dedico a cuidar de Lucía.
El director del centro comienza ha decir el discurso de todos los años y van nombrando a mis compañeros. Esperando a que me nombren a mí, veo que se acerca alguien por mi espalda, es él, ha venido... En este instante, estoy feliz, realmente feliz.
-¿Alejandro, que haces aquí? ¡Deberías de estar con tu madre en Suiza!
-No quería perderme uno de los días mas importantes para ti, quiero que sepas que tienes a alguien especial, recuerda que siempre me tendrás.
-Pero... -Sin dejarme terminar, me da un beso y me abraza. Me coge por detrás y me susurra al oído: shh,calla, mi madre está bien y tú estas preciosa, atenta, ahora vas tú.
Vio se dispone ha hacer lo que le ha dicho.
Y cierto, no tardan ni un segundo en decir: Violeta
Álvarez Martín.
Subo decidida y me entregan el diploma. - Violeta, licenciada en la carrera de Psicología.
Todos aplauden pero mi mirada esta centrada en los ojos de una persona, en Alex, tan guapo, tan atento o al menos yo lo veo así.
Bajo y me marcho, me despido de Patricia.
-Patricia, me voy con Alex, necesito salir de aquí. Pero algo me lo impide...¿Me harías un gran favor? venga, que te cuesta...
-Dime, a ver.
-Tan solo tienes que recoger a mi hermana del colegio, sale a las cuatro, quédate con ella en mi casa hasta que yo vuelva, toma las llaves, ¡gracias!
-Per...-No le da tiempo a terminar cuando Alex ya le ha pegado un tirón del brazo y la besa una y otra vez.
Me coge y las horas se me pasan como minutos, como minutos no, como segundos... Abro los ojos lentamente, todo me parece el mundo en el que siempre quise vivir, me quedo perpleja.
Él está allí, preparando la cena. Voy corriendo hacia él, descalza sin que se de cuenta. Está despistado y le tapo los ojos con mis manos. Él sonríe y le susurro al oído Te quiero.
Todo está lleno de preciosas rosas, huele a un aroma dulce y suave que se desliza sobre mi cuerpo y estoy rodeada de velas de color violeta.
Nos acercamos a la cama y jugando, caigo sobre ella.
-¿Y esto cariño?
-Es nuestro último día durante un tiempo, quiero que sea especial...
Empieza a besarla y suena el teléfono. Lo ignoran, pero sigue insistiendo.
-Un momento, debe ser
Patricia que está a cargo de mi hermana.

sábado, 6 de febrero de 2010

Mañana.

Mañana sera mi ultimo día en la universidad.
Un día muy especial para mí, me gradúo, empiezo mi vida en otra ciudad muy distinta de la que vivo. Dejo aquí a mi familia, a mis amigos, a mi mejor amiga, a mi chico…
No quieren que me vaya, pero sí, ya lo decidí hace unos meses, tengo que conocerme a mí misma, tengo que irme a otra ciudad, a cualquiera, tan solo quiero que este lejos de aquí.
Se que dejo algo especial, que me ha costado conseguir bastante tiempo, realmente mi vida. Nadie sabe que me voy para cambiar de aire, de ambiente, quiero saber como es la vida de los demás, me apetece alejarme de todos, aunque echaré de menos a mi mejor amiga, Patricia, y especialmente a mi chico…
Mi hermana pequeña, Lucía, está bastante cambiada desde que sabe que me iré a otro lugar. Que ya no estaré levantándola todas las mañanas, cogiéndole dos trenzas, discutiendo por quien sube la compra o quien va a limpiar dos veces por semana. Lo que nadie sabe es que decidí hace precisamente 20 días, que será mi ciudad para siempre… Aunque me cueste asimilarlo más a mí que a los demás, es así. Ellos creen que soy una niña mimada, que me voy por capricho y que volveré dentro de un mes como máximo, aquí nadie confía en mi. Nadie piensa que me puede ir muy bien, buscar trabajo con mi gran currículum y lo que menos piensan es que: PUEDA SER FELIZ.