viernes, 5 de marzo de 2010

Tu sonrisa, tu mirada.


Suena el despertador justamente a las siete menos veinte de la mañana. Vio, abre lentamente sus ojos y ve que está ligeramente abrazada a Alex. Al verlo, sonríe. Lo deja ahí acostado, pero ahora abrazado a un peluche que le regaló precisamente a ella. Violeta se levanta de la cama con cuidado para no despertarlo. Se viste sin hacer mucho ruido y le da un beso, junto a ello, le dice varias cosas, aunque sepa que no le escucha, tan solo para desahogarse y despedirse de él. Al final, decide escribirle un carta, coger un folio y que esas palabras, esas frases, perduren muchos años, si puede ser toda su vida.
-Bueno Alex, aquí acaba todo...
Volveré, volveré antes de lo que esperas, vendré y te daré una sorpresa. Espero que cuando vengas aun me estés esperando, porque te echaré de menos, mucho de menos. Gracias por haberte tropezado conmigo, gracias por disculparte y pedirme perdón. Gracias de verdad, gracias por llevarme a casa al hacerme una herida. Gracias por secar mis lágrimas caídas por un chico, el cual odiabas. Te agradezco que me cameles con esos ojos azules del color del mar, del cielo.
Nunca me gustó que me vieran llorar, pero la verdad, es que tú, al estar a tu lado, al saber que estoy apoyada en ti, me tranquiliza bastante, me relaja saber que tú estas aquí.
Porque me has echo pasar unos días maravillosos, a todos los sitios que me has llevado, todos los caprichos que me diste, todo lo que me has dado, tus besos, tus abrazos. Porque eres especial cariño. Tienes un encanto que me llena de alegría, nunca de tristeza. Tú sonrisa. Tu sonrisa parece que nunca se acaba por mucho que pase cuando te miro tiene la boca abierta de oreja a oreja... Tus ojos. Tus ojos me transmiten paz, alegría, amor. Haces que camine por ellos, un paseo junto a ti, una mirada desconcertante. Un mirada que me llevaría mirando horas, días e incluso mi vida. Porque ahí, dentro de ellos soy feliz. Solo quería que tuvieras esto, para el recuerdo del futuro, para cuando volvamos a vernos... Y aquí te dejo una foto nuestra, de cuando me hiciste ese regalo, mi sueño, de aquel mes que fuimos a París. Para que la lleves encima, para que me recuerdes todos los días. Alex, gracias por consolarme los días de tristeza y por alegrarme los días de bajón. Te quiero, Alex, te amo, tú me hiciste feliz de por vida.

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